La industria nupcial beneficia a más de cien actores de la cadena de valor, algunas micro, pequeñas y medianas empresas o profesionales independientes.
Casarse en una iglesia con arquitectura colonial o hacerlo desde un globo aerostático es posible en Ecuador. Estas alternativas ofrecen la industria de bodas para turistas nacionales y extranjeros y que ha causado mayor interés a raíz de la boda de la supermodelo estadounidense Jasmine Tookes y el ejecutivo ecuatoriano de Snapchat Juan David Borrero.
El turismo de bodas se encuentra dentro del segmento MICE (meetings, incentives, conferences & exhibitions) por sus siglas en inglés. Y según el Ministerio de Turismo, si el país se propone una meta de 3.000 bodas destino por un gasto promedio de $ 40.000, podría alcanzar un ingreso de $ 120 millones anuales. Esto beneficiaría de manera directa a más de cien actores de la cadena de valor productivo en cada evento como artesanos, meseros, auxiliares de cocina, posilleros, calígrafos, albañiles, floristas, entre otros.
PROGRAMAS NUPCIALES
Desde el 2017, el país cuenta con los programas “Bodas a Bordo” y “Bodas en Destino”. Y a partir del 2018 con el proyecto “Ecuador Is Love”, enfocado en el turismo de romance. De acuerdo con la cartera de Estado, durante el evento Wedding Business 3.0, se dio cobertura a una boda destino entre un americano-ecuatoriano y una joven venezolana, quienes decidieron invertir $ 200.000 para todos los servicios que conlleva realizar una boda destino. El Ministerio de Turismo indica que por la pandemia estos eventos se suspendieron, pero que al momento están estructurando la estrategia para impulsar otra vez al segmento MICE.
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