Por: Carlos Scaglioni Vigil
El COVID-19 no solo viene confinando a más de un tercio de la población mundial, sino que ha interrumpido las cadenas de suministros del 90% de las empresas, lo que inexorablemente ha generado una abrupta desaceleración económica. Esta catastrófica situación que tomó por sorpresa al mundo, no solo ha tenido implicancias en la salud de la gente, sino también en la continuidad y sostenibilidad de los negocios. En una encuesta realizada a directores y ejecutivos de todo el mundo, 4 de 5 encuestados declararon que sus organizaciones no estaban bien preparadas para enfrentar la magnitud de esta crisis; en donde las cadenas de pago están siendo fuertemente afectadas por la interrupción de las operaciones como son los quiebres de stock, la capacidad limitada de reposición, centros de distribución cerrados, incapacidad de recibir o enviar productos o insumos.
Encarando el desarrollo, evolución y desenlace de la crisis
Ante esta impactante y desestabilizadora crisis, es de imperiosa necesidad implementar planes de continuidad de negocio y gestión de riesgo, adaptándolos a medida que la crisis avanza y cambia, para así mitigar su impacto. Es en ese sentido que se debe implementar un plan que permita encarar la crisis viéndola desde su desarrollo actual, su evolución y su desenlace. El empresario debe priorizar la continuidad de su negocio poniendo énfasis en el área cuya interrupción tiene un alto impacto en su desenvolvimiento y desarrollo, para así definir acciones inmediatas que permitan una toma de control. Debe soportar la presión de la crisis mientras se estabiliza y recupera, para que una vez terminada su etapa inicial tome acciones que le permitan resistir durante el periodo que dure la misma, adaptándose a los cambios y a su evolución. Lo primordial es prepararse para el después de la crisis y transformarse; pues una vez que esta haya llegado a su fin se deberán tomar acciones que reorganicen y prepararen a la empresa para un nuevo comienzo y un nuevo nivel de normalidad, los cambios y acciones que ahora se tomen, de seguro, quedarán permanentemente, lo que llevará a redefinir el modelo de negocio para aprovechar las oportunidades que la nueva coyuntura nos presente.
En medio de esta crisis económica las empresas con planes de resiliencia sólidos encontrarán oportunidades en la adversidad al responder activamente a la necesidad de los consumidores. Para enfrentar esta crisis los empresarios deben enfocarse en innovar la cadena de suministros, renovar el modelo comercial e invertir en tecnología.